Primer desafío militar al régimen de Nicolás Maduro

Venezuela se despertó este domingo en medio de una supuesta insurreción protagonizada por militares rebeldes contra el Gobierno de Nicolás Maduro. La acción fue anunciada en un vídeo que incendió las redes sociales antes de que el país amaneciera y cuando todavía no había terminado de dormirse tras el viaje de regreso del preso político Leopoldo López desde la prisión al arresto domiciliario.
Y todo ello cuando no habían transcurrido 24 horas de las primeras acciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que con sus plenos poderes durante al menos dos años y la destitución y enjuiciamiento de la fiscal Luisa Ortega sitúan al país en una nueva era de la revolución bolivariana.
Liderados por el capitán exiliado Juan Carlos Caguaripano, un grupo de militares y civiles uniformados irrumpió de madrugada en el Fuerte Paracamay, en Valencia, a dos horas de Caracas. Su objetivo inicial era hacerse con el arsenal del cuartel, para después provocar un efecto dominó en otras instalaciones.
En el tiroteo que se desató posteriormente un asaltante resultó muerto, otro herido, y siete de ellos fueron detenidos, según detalló el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas. Caguaripano habría huido, según los primeros informes.
"Se producido un ataque terrorista de tipo paramilitar en contra de la 41 Brigada blindada del ejército bolivariano... Parte del grupo logró substraer algunas armas y están bajo intensa búsqueda por parte de organismos de seguridad del Estado", reseñó el ejército en un comunicado.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, restó importancia a lo ocurrido, afirmando que "no es más que un show propagandístico, un paso desesperado".
Las primeras declaraciones del oficialismo acusaban directamente a la oposición, la misma estrategia de todos los días. Padrino aseguró que los rebeldes confesaron haber sido contratados por "activistas de la extrema derecha venezolana en conexión con gobiernos extranjeros".
El presidente Nicolás Maduro condenó lo ocurrido desde su programa televisivo semanal. "Desde aquí quiero felicitar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana por la reacción inmediata que se ha tenido frente al ataque terrorista. Hace una semana le ganamos con votos y hoy hubo que ganarle con balas al terrorismo", dijo.
Para ayer estaba prevista la instalación de la Comisión de la Verdad de la ANC, con la que el madurismo pretende arrebatar la inmunidad de los diputados opositores y encarcelar a alguno de ellos.
La noticia corrió como la pólvora en un país que vive en el desaliento. Incluso en las cercanías de la base un grupo de vecinos fue disuelto sin contemplaciones cuando se disponía a protestar. La prensa local informó que uno de los manifestantes murió de un disparo en el pecho en medio de las refriegas, sin embargo, el Ministerio Público no lo había confirmado.
Pasado el mediodía continuaban sonidos de explosiones en la base militar y cada cierto tiempo un helicóptero sobrevolaba la zona.
Todas las unidades militares fueron acuarteladas, mientras se hacían evidentes esfuerzos para dar la sensación de militarización en Caracas, donde hubo pequeñas protestas dispersadas con gases lacrimógenos.
Miembros radicales de la resistencia aplaudieron la Operación David, mientras otros sospechaban de un nuevo falso positivo, creado por los servicios de Inteligencia del chavismo, para justificar nuevas detenciones. Pero en principio, Caguaripano es un viejo conocido de la contrainteligencia militar, ya que en 2014 se sublevó contra el Gobierno y huyó a Miami. "Exigimos la conformación inmediata de un gobierno de transición y elecciones generales libres", dijo el rebelde, quien apareció en el vídeo junto con unos 15 hombres vestidos de camuflaje, algunos armados.
Según el gobierno, el supuesto desertor es un "oficial subalterno que hace tres años fue separado de la institución por traición a la patria y rebelión". Estaba adscrito a una brigada contra el secuestro y la extorsión y es fugitivo desde 2014, según el diario El Nacional.
Mientras todo ocurría, varios dirigentes opositores, como Henrique Capriles y el presidente del Parlamento, Julio Borges, estaban junto con un grupo de chavistas que rompieron con Maduro, entre ellos el ex ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres, y la ex defensora Gabriela Ramírez, en un foro por la defensa de la Constitución en la prestigiosa Universidad Católica Andrés Bello.
Se les unió la recién destituida fiscal, Luisa Ortega Díaz. "Estamos ante un poder de facto, aquí no hay gobierno. Quien ocupa ilegalmente el poder es esa Asamblea Nacional Constituyente presidencial (...). Este es el verdadero problema de la dictadura de Nicolás Maduro, no Fuerte Paracamay", resumió Ortega al incorporarse al foro, donde recibió una ovación.
Borges, por su parte, exigió al gobierno informar la verdad sobre lo ocurrido y abstenerse de una cacería de brujas contra la oposición. "Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuento chino, con una cacería de brujas, que no nos vengan a culpar", dijo al salir del foro universitario.
Al cierre de esta edición, Maduro seguía en la televisión paseando por un parque natural, rodeado de niños y viendo una anaconda. No había ofrecido más detalles sobre lo ocurrido.
"El libreto está demasiado claro: mucho humo para adormecer y distraer. La contraofensiva está funcionando en tanto diluya o disuada", sentenció el politólogo Piero Trepiccione, del Centro Gumilla de los jesuitas.
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